Se dice que fue Julio César, quien en la República romana hablando sobre el autor de comedias Terencio, dio origen al término ‘vis cómica’ que significa literalmente fuerza cómica. Es, en definitiva, la capacidad que tiene una persona de hacer reír a los demás.

¿Parece fácil? No lo es en absoluto. Se lo pueden preguntar a cualquier humorista de cualquier medio. «Una broma es una cosa muy seria», se le atribuye a Winston Churchill.

Y en redes sociales también ocurre. Nosotros somos un ejemplo de ello. ¿Has visto algunas de nuestras publicaciones? El uso del humor como estrategia de comunicación no es cosa leve.

Hay muchos casos de éxito en redes sociales que tomaron el humor por bandera. Desatranques Jaén consiguió convertir en fenómeno nacional una empresa del Polígono Industrial Los Olivares. 

Perfiles como Malacara son auténticos influencers (perdón por usar ese término) del humor, con algunos ya colaborando en medios tradicionales. Y todos recordamos el estilo jocoso y humorístico en su día de cuentas oficiales como la de la Policía Nacional. Ahí se acabó aquello de mucha Policía, poca diversión.

Entonces es algo normal intentar repetir el éxito de esos ejemplos que hemos visto. El humor es una buena estrategia de marketing.

Si haces reír al público, le haces feliz. Si le haces feliz, te seguirá porque querrá seguir siéndolo. Te diferenciará del resto porque le sacas una sonrisa.

Crearán comunidad al compartir tus memes y chanzas con más personas. Y si te lo curras, puede caerte algún contrato para un anuncio o colaboración en algún medio de comunicación.

Parece un plan infalible. Pero lo recordamos: no es fácil hacer reír. 

¿Humor en redes sociales? Búscate un abogado por si las moscas

El primer problema son los ya muy (demasiado) discutidos límites del humor. Por desgracia no existe ni una normativa ni una fórmula matemática para hacer de ese debate algo tangible y que pueda ser consultado ya que son muchos los factores que entran en juego: tiempo, lugar, contexto social, persona o personas afectadas…

Y que pese a la libertad de expresión, hay temas que son tabú en el humor. Aunque no se suela decir en voz alta, hay tótems que si intentas derribarlos en nombre de la comedia te puedes encontrar con problemas.

Esos son la política, la religión, las minorías sociales (el conocido como humor de arriba hacia abajo)… y muchas otras cosas más.

En un mundo tan globalizado por el uso de Internet a nivel mundial y por la capacidad de viralización de las redes sociales, todo es susceptible y cualquier chiste puede ser considerado ofensivo. 

Por lo que a la hora de comunicar, usar el humor como estrategia no debe hacerse usando solamente pies de plomo, sino con anclas de nueve toneladas cada una atadas a los pies.

Obviamente en este artículo no vamos a hablar sobre lo que sí se puede o no se puede hacer humor. Cada uno de nosotros tendrá una opinión al respecto diferente y totalmente válida, pero a la hora de comunicar lo más adecuado es consensuar muy bien lo que se quiere decir y el enfoque.

Una posible descontextualización o un error a la hora de comprensión echa al traste todo el trabajo realizado.

JAJAJAJA QUE RISA… (no lo he pillado)

Otro de los problemas que podemos encontrar es que la broma salga del ecosistema de las redes sociales y pierda su sentido.

Todos sabemos que prácticamente todo el mundo usa redes sociales y está presente en ellas de alguna forma, pero eso no implica que todos conozcan el meme de moda o las respuestas, bromas, comentarios…más virales del momento.

Retomamos el ejemplo anteriormente visto del Tweet de la casa de apuestas. El comentario despectivo hacia el entrenador profesional de fútbol nace de un grupúsculo twittero (o de otros lugares como foros) que empezó a asociar a dicha persona con unos hipotéticos malos hábitos de limpieza.

Eso se viralizó entre un grupo determinado de usuarios, sobre todo con intereses relacionados con el mundo del balompié, pero para fuera de ese mundillo, puede que el mensaje no tenga sentido.

En este caso, una casa de apuestas, ese tipo de negocios están muy ligados al fútbol en concreto y al deporte en general, tiene sentido usar ese mensaje.

Pero no olvidemos hasta qué punto el humor se torna mofa. Otra vez, esos límites invisibles del humor.

Y como hemos dicho, por desgracia no existe una frontera visible. Tienen que ser los mismos profesionales (ya sean de la comedia o de la comunicación) quienes los pongan conforme al trabajo que deseen realizar. 

No es lo mismo trabajar para “El Jueves” que ser el CM de una tienda de electrodomésticos, por ejemplo. ¿Pueden usar ambos el humor? Sí. ¿Pueden hacer lo mismo? Obviamente, no.

-“¿Ha visto usted a Mistetas?” -“Si, en Tuenti”

Porque también hay que saber, dentro de las redes sociales, donde usar el humor como estrategia de Marketing. Puedes atreverte a usar un meme en LinkedIn, pero ya te decimos que no es el mejor lugar. 

Hay redes sociales que por sus características si permiten un mejor uso del humor. Las empresas buscan humanizarse mucho en sitios como Instagram, cuyo formato te permite usar humor gráfico. Y no solamente una imagen, sino formar una historia a modo de viñetas.

En ese sentido podríamos hablar de un apogeo del vídeo corto humorístico a través de los reels de la mencionada Instagram o de otras plataformas como TikTok.

Esos vídeos de apenas segundos de duración que se viralizan a través de las redes o de WhatsApp… ¿no os recuerda al chiste de toda la vida? Esa es la clave de su éxito. 

Twitter es otra red social que por su capacidad de viralidad puede ser considerada muy seriamente para esta estrategia.

Además, combinándola con la capacidad informativa que tiene, puedes buscar esa mezcla entre humor y actualidad que siempre ha estado ligado a la comedia (viñetas de periódico, revistas satíricas, etc).

Pero cuidado. Si te viralizas llegarás a más gente y aumentan las probabilidades de que haya personas a quienes no le hayan gustado tu bromita y te lo hagan saber por las buenas o por las malas. Tengan razón o no, la imagen lo es todo en redes sociales.

En cuánto a la vida, nosotros pensamos que es mejor tomarla con humor. Pero no somos un blog de filosofía (que también podríamos), sino que lo somos de comunicación. Así que, ¿seguimos hablando? Gracias por leernos.